Publicado en El Mundo: 27 de abril - 2025

Javier Gomá Lanzón
Había llovido tanto las semanas previas que las glicinias trepadoras, cubriendo el muro, esparcían su fragancia con una intensidad desconocida. Detuve mi paseo para oler el aroma de sus frescos racimos. Asentí: «Ya está aquí la primavera». El regreso de la estación florida una vez más tras el lento rotar de las otras tres me inspiró el pensamiento fatalista de que en este mundo nada cambia, todo se repite. Tan pronto llegué a esta conclusión la corregí porque caí en la cuenta de que lo que parece eterno retorno contiene una novedad irreductible: las glicinias serán siempre las mismas, sí, pero yo soy más viejo. Idéntico perfume huele cada año distinto a quien, al envejecer, colorea su sensación con la tintura del tiempo, cuya esencia consiste en pasar. No digas nunca «lo siento, no tengo tiempo», porque tiempo es lo poco que de verdad tienes y, sin él, nunca pasa nada.